Mertxe Alarcón nos cuenta que el día que Judith y Sergi la contrataron supo que eran una pareja diferente, y como ha descrito este reportaje de una forma tan bonita que te traslada, consideramos que es el mejor acompañamiento a sus preciosas fotos, así que disfrutad de esta boda tan bonita en una masía.
Tan dulces. Tan agradables. Tan buena gente.
Cada una de estas fotos me trae un recuerdo precioso de aquel día.
Cuando llegué me esperaba una masía rodeada de bosque. No tenía cobertura. Tan sólo las montañas y esa preciosa casa de campo. Olía a hierba mojada. Los pájaros volaban bajo y cantaban.
Y después el silencio.
Amenazaba lluvia. Pero no cayó ni una sola gota hasta que terminó el aperitivo. Una tregua estudiada y maravillosa.
Había pocos invitados. Suficientes.
Todo era muy íntimo. Y todo el mundo parecía conocerse, y llevarse bien.
Respetarse.
Se palpaba amor en el aire.
Y el violín arrancó su primera nota a la salida de Judith… increíble.
Esa mirada cómplice entre los dos. El abrazo tremendo del padre. El movimiento de caderas de su tío a ritmo de twist… Por todas esas cosas y más, es imposible no considerarla mi boda preferida de cuantas he hecho. Sin desmerecer al resto, por supuesto. Porque si de algo puedo presumir es de tener unas parejas maravillosas. Todas y cada una de ellas.
Pero esta boda fue, sencillamente, ESPECIAL.
Para saber más podéis visitar su web
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