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Don Pascual vuelve a innovar con una original campaña de publicidad.
La nueva propuesta de Don Pascual se llama Historias de Carácter. A través de esta campaña, la marca busca generar un vínculo más emotivo entre la marca y sus consumidores. Con ese objetivo en mente Don Pascual decidió manejarse fuera de los parámetros publicitarios tradicionales y buscó formatos expresivos alternativos. La campaña se compone de cortometrajes y relatos esponsoreados por la marca, que son difundidos en el sitio historiasdecaracter.com y abordan el concepto de “Puro Carácter” (claim de la marca desde hace varios años), desde una perspectiva más amplia. Los cortos fueron creados y realizados por tres directores de la productora París Texas.
En el sitio, además de los cortos, hay historias escritas por autores inéditos, audiocuentos y la posibilidad de participar. “Vamos a invitar a la gente a contar sus historias de carácter, a conocer las que creamos y las de las otras personas.” dice Verónica Monteverde, Brand Manager de Don Pascual.
El lanzamiento de la campaña se realizó en la librería Puro Verso de la Peatonal Sarandí. “Este lugar nos encantó porque reúne un edificio con historia -construido en 1917 para la óptica Pablo Ferrando y declarado Patrimonio Nacional-, con cientos de historias contenidas en los libros. Fue el marco perfecto para la campaña”, dijo Fabián Barros, Director General Creativo de Grey Uruguay.
En el evento se presentó el primer corto: Acorde Sordo, que cuenta el carácter de una joven sorda para vencer sus propias limitaciones. La sorpresa de la noche fue la intervención de Carlitos Páez, quien contó anécdotas con carácter vinculadas a la tragedia de los Andes.
Con esta nueva campaña Don Pascual busca fortalecer el vínculo con sus consumidores, manteniendo el estilo innovador que lo ha llevado al primer lugar en el mercado uruguayo.
Todos tenemos historias de carácter que contar. Compartí la tuya en: www.historiasdecaracter.com
"Hace cinco meses que estudio con ella
esperando que llegue el día
en que deje para siempre
los libros en casa."
"Ya contaba tres No
entre sus respuestas
pero había algo en el aire
sonando bajito
a que si hoy le preguntaba
de nuevo iba a escuchar que Sí."
"Dije ¡tá!, si no atiende
a la cuarta, cuelgo.
Terminaron siendo diez,
las veces que esperé
y cuando saltó
la contestadora corté."
"Ya de regreso pensé:
sí ganamos siempre,
no ofrendemos nunca.
Y con esa idea consolé a mi ego
que tan golpeado había quedado
de aquel encuentro."
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